Una campana o cabina de extracción en los laboratorios son un medio efectivo para captar vapores inflamables, irritantes, corrosivos, carcinogénicos, etc. para prevenir de exposiciones del personal y evitar la diseminación de las mismas en la atmósfera del laboratorio. Cuando la compuerta está baja, la cabina es también una barrera física que protege al operador de peligros tales como salpicaduras, aerosoles, fuegos y explosiones menores.
Las campanas de extracción son un tipo de sistema de ventilación con la función primordial de proteger al usuario contra la exposición a vapores químicos, gases, polvo y aerosoles. También funcionan como barreras físicas entre los reactivos y el laboratorio, ofreciendo protección contra inhalaciones, derrames de sustancias peligrosas, reacciones y fuego.
Una campana típica tiene una estructura en forma de caja con una ventana móvil. Los experimentos se llevan a cabo dentro de la campana que se ventila de forma constante y segura, normalmente mediante ventiladores y ductos. Los vapores químicos se extraen y diluyen muchas veces en la atmósfera haciéndolos inofensivos para la salud humana. Si se tienen preocupaciones ambientales, puede instalarse un sistema de extracción tratada, para remover la mayor parte de los vapores de la corriente de aire externa.