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¿Cómo funciona un monitor de signos vitales?

Un monitor de signos vitales es un dispositivo que permite detectar, procesar y desplegar en forma continua los parámetros fisiológicos del paciente. Consta además de un sistema de alarmas que alertan cuando existe alguna situación adversa o fuera de los límites deseados.

En otras palabras, podemos decir que los monitores multiparamétricos se encargan de recoger, mostrar y almacenar todas las constantes vitales del paciente. Estos equipos funcionan de forma diferente para cada signo vital. Por ejemplo, para medir la frecuencia cardíaca, recoge mediante electrodos la actividad eléctrica del corazón y la amplifica. Para medir la frecuencia respiratoria recoge y amplifica los movimientos respiratorios del tórax. Para determinar la cantidad de oxígeno del paciente lo hace a través de su pulso.

Todos estos parámetros son mostrados por separado en el monitor de constantes vitales. En el caso de que alguno de ellos esté por debajo o encima de lo normal para la edad del paciente, o se genere cualquier otra actividad adversa, se activa una alarma para avisar a los profesionales médicos.

Estas alarmas son visuales y sonoras, aunque pueden silenciarse fácilmente si se está tratando de solventar el problema que las ha generado.

El monitoreo de signos vitales se lleva a cabo especialmente en pacientes sometidos a anestesia, a medicamentos o a cualquier otro tratamiento que determine la necesidad de sangre, de variación en la medicación o de sustituto de volumen, como por ejemplo, un expansor plasmático.

¿Cuáles son los signos vitales que monitorean estos equipos?

Existen cinco parámetros básicos que registran y muestran los monitores de signos vitales de hoy en día:

  • Electrocardiograma (ECG): se colocan unos electrodos sobre el cuerpo del paciente que se encargan de registrar y amplificar los impulsos eléctricos del corazón.
  • Respiración (RESP): controla la frecuencia respiratoria midiendo la impedancia torácica gracias a dos de los electrodos utilizados en el ECG.
  • Temperatura (TEMP): utilizando un termómetro, también muestra la temperatura que tiene en todo momento el paciente.
  • Presión no invasiva (NIBP): la presión arterial no invasiva se obtiene utilizando un esfigmomanómetro electrónico, cuyo brazalete se coloca en el brazo del paciente.
  • Saturación de oxígeno (SpO2): se coloca un pulsioxímetro en el dedo del paciente que emite luz con dos densidades de onda distintas para determinar su nivel de oxígeno en la sangre.

Otros parámetros que se pueden registrar en modelos más avanzados son:

  • Presión invasiva (IP): mediante un catéter sensitivo insertado en una arteria del paciente se puede su presión sanguínea con una precisión mayor que la que ofrece la presión no invasiva.
  • Saturación venosa de oxígeno (SvO2): se introduce un catéter en la vena cava superior para obtener una mayor precisión a la hora de determinar su nivel de oxígeno en sangre.
  • Presión intracraneal (ICP): un catéter intracraneal es introducido al paciente para medir la presión dentro del cráneo.

Monitores de signos vitales portátiles

Son aquellos que se pueden mover de un lugar a otro, permitiendo una continua monitorización del paciente en el caso de que sea necesario trasladarlo a otro lugar. Dentro de los monitores portátiles podemos encontrar dos tipos:

  • Intrahospitalario: se utilizan en el caso de que haya que trasladar a un paciente de una zona a otra del mismo hospital o centro de salud. Deben utilizar una batería que permita una autonomía de al menos dos horas y media.
  • Interhospitalario: se utilizan en el caso de que haya que trasladar a un paciente de un hospital a otro. Es necesario que tengan una conexión de 12V para poder conectarlos durante el traslado en ambulancia.

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