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Importancia del Fabricador de Hielo para las Unidades de Traumatología

La crioterapia es un método de tratamiento que ha florecido en las últimas décadas para el tratamiento de determinadas afecciones estéticas y médicas, y cuando se utiliza correctamente, puede resolver muchas dolencias, como las que se reciben en una sala de traumatología. Por lo tanto, el uso de hielo en la crioterapia, no es una medicina alternativa basada en supuestos empíricos. 

Aunque esta técnica tiene sus raíces en el pasado y en la tradición, los investigadores y los médicos la han perfeccionado cada vez más a lo largo de los años hasta convertirla en una terapia curativa de pleno derecho. Aunque la medicina ha avanzado mucho, la crioterapia actual ha conservado, en algunos aspectos, los conceptos básicos: el frío, entendido en la antigüedad como un medio para aliviar las dolencias más sencillas:

  • Fiebre.
  • Contusiones.
  • Traumas musculares.

¿Cómo la aplicación de hielo reduce el dolor de una lesión?

La fase inmediata tras una lesión o traumatismo de los tejidos blandos se caracteriza por la reacción inflamatoria aguda, con las características clínicas típicas de enrojecimiento, calentamiento, dolor e hinchazón. En ese sentido, la aplicación de hielo tras un traumatismo y trastornos del sistema musculoesquelético puede entenderse, en cierto modo, como la forma más sencilla de terapia de frío. 

El uso de hielo en contusiones y traumatismos musculoesqueléticos, de hecho, ayuda a disminuir la percepción del dolor, gracias al efecto analgésico (aunque temporal) del frío en la zona tratada. Este caso se presenta a menudo en el tratamiento de atletas con lesiones agudas. En esta situación de margen, la analgesia inducida por el frío parece actuar a través de varios mecanismos:

  • Disminución de la sensibilidad de los receptores.
  • Reducción de la velocidad de conducción nerviosa.
  • Reducción de la espasticidad muscular.
  • Como estímulo contrario al dolor.

Se han realizado estudios que demuestran que el enfriamiento de la temperatura de la piel a 10-13 grados centígrados tiene un efecto analgésico local y reduce la velocidad de conducción nerviosa hasta en un 30%. Los estudios respaldan los resultados clínicos, que confirman repetidamente el descenso de la temperatura de la piel por debajo de los 13 grados centígrados después de 5 a 15 minutos de enfriamiento con hielo. 

¿Puede ayudar la crioterapia en la recuperación muscular?

En atención a lo que indican algunos estudios, el enfriamiento del tobillo provoca un aumento de la excitabilidad del músculo sóleo mediante mediciones del reflejo H. Se han obtenido resultados muy similares con el enfriamiento de la rodilla. Una bolsa de hielo de 20 minutos aumenta significativamente el índice de activación central del músculo cuádriceps hasta 25 minutos en comparación con un grupo que no recibe tal atención. 

Del mismo modo, en estudios con animales sobre lesiones agudas con derrame articular creado artificialmente, se ha encontrado que el enfriamiento aumenta significativamente el reflejo H, la velocidad de conducción de las fibras musculares y el par máximo, la fuerza y la actividad muscular en comparación con un grupo de control no tratado. Estos resultados son alentadores y demuestran la eficacia de la crioterapia para algunas de las secuelas neuromusculares negativas de las lesiones articulares.

¿Cuál es el campo de aplicación de hielo en la fisioterapia deportiva?

Después de una lesión, uno de los objetivos más importantes de la fisioterapia deportiva es restablecer plenamente la función y volver al estado anterior a la lesión. En la práctica clínica, la crioterapia apoya la consecución de este objetivo. Permite realizar movimientos sin dolor y favorece los patrones normales de activación muscular. Esto se debe a que, debido al dolor y a la inhibición de los reflejos, las lesiones alteran significativamente el patrón de reclutamiento muscular. 

Las aplicaciones de hielo en la fase de rehabilitación, incorporan de forma útil el enfriamiento local a la rehabilitación funcional. Por ejemplo, después de una lesión del ligamento externo, una bolsa de hielo sobre la zona afectada puede hacer que el paciente se sienta más seguro para realizar actividades funcionales sencillas, como movimientos activos y cambios de peso al caminar. Las aplicaciones de hielo no favorecen los movimientos que afectan al tejido lesionado. El hielo favorece la calidad del movimiento y la formación de patrones. 

¿Por qué es importante el hielo en las unidades de traumatología?

La terapia con hielo en una zona afectada por un traumatismo provee un medio rápido para aliviar el dolor y evitar que la zona se inflame demasiados, por lo menos hasta que la persona lesionada sea tratada. En algunos casos, el uso del frío debe combinarse con bandas elásticas (compresión y vendaje elástico) para comprimir la zona lesionada: así se acelera el tiempo de curación. Por esta razón es muy importante tener una fuente de hielo en una unidad de traumatología, ya que puede aplicar una terapia no invasiva, rápida y a muy bajo costo en la zona afectada del paciente. Para resumir, la terapia con hielo se usa para: 

  • Aliviar la hinchazón: el efecto antiedematoso está relacionado con la vasoconstricción inducida, que impide que la sangre fluya hacia los tejidos. 
  • Aflojar los músculos, ya que éstos se relajan al ponerlos en contacto con una fuente de frío (tiene, por tanto, una acción antiespasmódica y miorrelajante).

¿Por qué adquirir un fabricador de hielo de Kalstein?

Con un fabricador de hielo del fabricante Kalstein, la unidad de traumatología siempre tendrá hielo a disposición. Los equipos de esta clase, que se muestran en el enlace AQUI